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Casos recientes

Haz que tus Presentaciones en Público sean Memorables

A mí me gusta mucho hablar en público, hacer presentaciones que me brinden la oportunidad de presentar mis ideas a los demás y de sentirme más en contacto con ellos, pero entiendo que no todos tienen esa facilidad de enfrentarse a un público.

Incluso, debo admitirlo, al principio yo tampoco la tenía. Las primeras veces que me enfrenté a un público me ponía nervioso y me costaba recordar lo que tenía que decir. Por eso fui practicando diversas estrategias, hasta encontrar la que mejor me funcionara y la que más se adaptara a lo que necesitaba.

Ahora, quiero compartir contigo las bases de esa estrategia, para que tú puedas formar tu propia estructura a partir de ella, y tus presentaciones en público sean profesionales y de la más alta calidad.

En primer lugar tienes dos opciones: Hacer un guión. Debo admitir que yo no soy muy bueno en esto, porque me genera la sensación de estar dando una representación un poco acartonada, pero si tú tienes las habilidades necesarias para llevarlo a cabo y conservar una pose natural, adelante. La segunda opción es la que yo realizo para todas mis presentaciones, hacer tarjetas con notas.

Las tarjetas te ayudarán a tener un registro de los temas que quieres tratar, con las palabras clave que quieres mencionar en ellos y el tiempo del que dispones para cada asunto, pero sin tener la rigidez de un guión. Este método te permite usar siempre tus propias palabras y conseguir el mismo objetivo aunque le des variaciones a tu discurso cada vez.

No es necesario que estés consultando tus tarjetas al momento de la presentación, de hecho, lo ideal, es que puedas usarlas, al igual que el guión, solo durante los ensayos y que la presentación se note como una charla totalmente natural. Observa algunos conferencistas famosos y nota cómo ellos le hablan a su audiencia de forma casual sin que dejen ver que todo ese discurso ya lo tenían previamente estudiado, todo fluye y el público se mantiene atento, como si estuvieran escuchando a un buen amigo.

Para lograr este efecto de confianza y espontaneidad lo que tienes que hacer es ensayar mucho, ensayar una y otra vez, hasta que domines perfectamente el tema que vas a presentar, tu espacio, tus movimientos y toda tu presentación.

Entonces, una vez que realizaste tu guión o tus tarjetas, es momento de empezar los ensayos. Seguramente los primeros los tendrás que hacer con tus anotaciones a la mano, pero poco a poco podrás prescindir de ellos y empezarás a desenvolverte y a sentirte cómodo con lo que estás diciendo.

Para esto, hay distintas formas de realizar ensayos, cada una con beneficios diferentes, por lo que yo te recomiendo, practicar con todas y ver cuál es la que mejor se adapta a ti. Es más, si lo deseas, puedes ensayar con todas, dependiendo del nivel en el que consideres que ya te encuentras de dominio de tu tema.

Primer paso / Primera técnica: Ensayo personal

Este ensayo lo realizas tú solo en un lugar libre de interrupciones y distracciones. De preferencia el espacio debe ser amplio y debe contar con un espejo para que puedas apreciar mejor cómo te mueves y las expresiones que realizas. Si decides solo hacer esta técnica tienes que ser muy consciente de que tú vas a ser el responsable de evaluar, al momento, todos lo que tengas que corregir y mejorar para que tu presentación sea exitosa.

Segundo paso / Segunda técnica: Graba tu ensayo

Aunque también este ensayo lo realizas solo, esta técnica tiene la ventaja de que no tienes que notar todos los aspectos a mejorar en el momento en el que los estás haciendo, sino que puedes realizar la presentación imaginando que ya estás frente a un público real, y al final analizar todo lo que hiciste cuando lo veas en la grabación. Esto también sirve para conservar un registro de las palabras que dijiste por si consideras que alguna se puede volver una palabra clave.

Tercer paso / Tercera técnica: Ensayo con audiencia

Este ensayo ya es mucho más cercano a una experiencia real. Lo ideal es que lo realices con personas de confianza a las que puedas pedir retroalimentación y mejorar en lo que ellos consideren necesario. Con esta técnica puedes notar algunas cuestiones que tal vez antes dejaste pasar porque no es tan fácil identificarlas cuando ensayas solo, como saber si todos te escucharon y te entendieron durante toda la presentación, o si lograste mantener la atención de todos todo el tiempo y qué podrías hacer para mejorar.

Durante tus ensayos, además de memorizar o adaptar bien tu discurso para poder presentarlo sin problemas, es necesario tener en cuenta otros aspectos importantes que ayudan a que las presentaciones que realices luzcan profesionales y que mantendrán la atención de tu audiencia durante todo el tiempo que estés en el escenario.

Dicción

Si el público no te entiende, es imposible que logres mantener una buena comunicación con él y su atención se va a perder muy rápidamente, por eso es importante que cuides cómo dices cada palabra que dices, sin que la hagas de forma exagerada. Hay muchos ejercicios que ayudan a mejorar la dicción, son ejercicios simples que te ayudarán a hablar mejor y que no te toman más de cinco minutos. Lo que te recomiendo es que los realices siempre antes de tus ensayos y, por supuesto, antes de hacer tu presentación final.

Volumen

Jugar con el volumen de tu voz es algo que ayuda mucho a mantener la atención continua de tu público, poder acentuar ciertas palabras, o contar con “secretos” que creen un ambiente de más confianza y confidencia, hacen que las personas se sientan más cercanas ti y quieran saber más de lo que dices. Eso sí, aunque finjas hablar en un volumen más bajo, tienes que asegurarte de que todos en la sala te puedan escuchar todo el tiempo.

Exprésate

El movimiento corporal es una gran herramienta que podemos usar a nuestro favor, siempre es mucho más atractivo visualmente alguien que coordina bien sus movimientos con lo que está diciendo, que alguien que se mueve nerviosamente por el escenario o que se queda rígido como estatua en un punto de este. Practica posturas, caminata, movimientos, expresiones, todo lo que creas que pueda funcionar y que puedas adoptar de forma natural a tu cuerpo.

Inhala y exhala

Tal vez parezca un consejo obvio, pero tienes que saber que un aspecto crucial para cualquier buen discurso es saber respirar, la respiración te puede ayudar a relajarte y a mantener la calma durante toda la presentación, además ayuda a mantener el buen funcionamiento de tu mente y de tu cuerpo, Haz ejercicios de respiración diafragmática antes de empezar tu presentación y vas a ver como todo tendrá una notable mejoría.

Ahora cuentas con todos los pasos a seguir que necesitas, no olvides que la constancia es lo que te llevará a la perfección, practica siempre con conciencia y, en muy poco tiempo, te convertirás en un mucho mejor conferencista y te sentirás mucho más cómodo cuando tengas que realizar alguna presentación.

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Cómo Vencer el Miedo y Convertirlo en Éxito

Un sentimiento muy recurrente durante la vida de cualquier persona es el miedo. El miedo es algo que ha ayudado a las personas a lo largo del tiempo a tener prudencia y a no realizar actos que puedan poner en riesgo su integridad o sus bienes materiales.

El miedo es un mecanismo de defensa que ha ayudado a la humanidad a sobrevivir a diferentes escenarios peligrosos, y ha ayudado a que, como especie, aún sin tantos mecanismos de defensa naturales, como los de otras especies, hayamos logrado superarnos y hayamos logrado encontrar la forma de hacer frente al peligro de una forma menos riesgosa.

En la actualidad, ya no es tan probable que aparezca una bestia salvaje de la que tengamos que defendernos, incluso, gracias a la tecnología, se reducen algunos riesgos por desastres naturales o por accidentes, sin embargo, nuestra mente ha empezado a registrar otro tipo de miedos, que implican otro nivel de supervivencia: el miedo al fracaso, el miedo a perder todo nuestro patrimonio, el miedo ante las nuevas experiencias, el miedo de no cumplir nuestras propias expectativas y las de los demás…

Todos hemos sentido miedo en algún momento de nuestras vidas, tal vez cuando íbamos a entrar por primera vez a una nueva escuela, sentimos el miedo de no encajar con nuestros compañeros o de no sentirnos cómodos en un entorno diferente.

Puede ser, también, que al iniciar una nueva actividad, sobre todo algo que podría definir el resto de nuestras vidas, haya miedo, cuando empiezas un nuevo negocio o una nueva actividad profesional.

El miedo no es malo, sin embargo puede causarnos problemas si no sabemos cómo aprovecharlo. Hay muchas oportunidades que se han perdido a causa del miedo, oportunidades personales, románticas, profesionales, grupales, etc. Oportunidades que no se van a volver a presentar y que puede ser que hubieran resultado de una mejor forma de no haberse dejado guiar por el miedo.

El miedo, el sentimiento de “no puedo”, la sensación de no ser lo suficientemente bueno para las cosas que queremos lograr: “Te vas a morir de hambre si decides ser emprendedor”, “Nadie va a comprar tus productos”, “Ya hay muchas personas que hacen lo que tú quieres hacer”, “No sirves para esto”... Todos estos pensamientos dan vueltas por nuestra cabeza cada vez que queremos avanzar, y es normal, pero depende de nosotros poder callarlos y avanzar a pesar de lo que estamos pensando.

Si dejas que el miedo sea tu consejero, va a llegar un punto en el que vas a sentir que ya no puedes avanzar más, va a acabar con tus ideas, con tus metas, con tus deseos, va a terminar matando a tu voz creativa, va a derrotar a tus ideas y, al final, vas a seguir solamente los caminos que otros han trazado, sin crear tu propio estilo de vida ni tus propias reglas a seguir.

Lo peor que puedes hacer, es dejar que el miedo te domine, si tomas todas tus decisiones basadas únicamente en el miedo que te provoca el resultado, entonces nunca vas a llegar a nada nuevo, nunca vas a conseguir avances y nunca vas a crear cambios en tu vida y en tu entorno, y mientras más dejes que el miedo te guíe, más difícil va a ser dejarlo de lado y animarte a hacer algo por tu cuenta.

Recuerda que el miedo es un mecanismo de defensa, nos advierte cuando hay algo que podría dañarnos ya sea física o mentalmente, pero no siempre tiene razón, por ejemplo, cuando conocemos a alguien que nos atrae físicamente, muchas veces nos dejamos guiar por el miedo al rechazo y no nos animamos a dar el primer paso.

Puede ser que el miedo haya tenido razón y que esa persona nos vaya a rechazar, incluso antes de poder hacer una propuesta romántica, sin embargo, puede ser que no, puede ser que también se sienta atraída por nosotros y que ese primer paso nos de la oportunidad de conocer a alguien realmente interesante y que se pueda volver importante en nuestras vidas.

Pero nunca sabremos el resultado que nos espera si no nos decidimos a enfrentarnos a nuestros miedos y empezamos a actuar a pesar de ellos. No es necesario, ser un superhombre que no le tema a nada, pero sí debemos considerar que nosotros debemos ser capaces de hacer frente a esos miedos que muchas veces nos van a cerrar las puertas del crecimiento y la superación.

Si no sabes cómo puedes luchar contra el miedo que te produce el cambio y atreverte a tomar decisiones y a llevar a cabo acciones que te ayuden a crecer tanto personal como profesionalmente, hay algo que tienes que empezar a aplicar en cada aspecto de tu vida: La gratitud.

Ser agradecido es una de las armas más fuertes en contra del miedo, la gratitud y el miedo son sentimientos contrarios, por lo que no puedes sentir gratitud y miedo al mismo tiempo, entonces, al momento de sentirte agradecido, tu mente pensará en positivo y el miedo se hará cada vez más pequeño, hasta que tu gratitud sea tan grande que sea la que te provoque actuar el resto de tu vida.

Muchas veces nos cuesta ser positivos, hay momentos en los que empezamos a sentir que no hay forma de que algo nos salga bien y sentimos que todo lo que nos pasa es malo o irrelevante, sentimos que todo nos rebasa y que no hay forma de salir de ahí. Por eso es importante empezar a hacer ejercicios de agradecimiento para empezar a formar una nueva perspectiva de la vida.

Hay que empezar poco a poco, te propongo empezar a hacer al menos un agradecimiento al día, ya sea pequeño o grande, un agradecimiento para alguien cercano, para la naturaleza, para tu entorno, para dios, para ti, para quien sea, es importante ser siempre agradecidos con la vida y con nosotros mismos.

Poco a poco te vas a dar cuenta de que entre más agradecido te vuelves, más cosas tienes para agradecer, y dentro de poco tu agradecimiento será mucho más grande que tus miedos y poder ver todo lo bueno que has conseguido en la vida va a ayudarte a poder resolver mejor las situaciones la próxima vez que escuches esa vocecita que trate de detener tu camino.

El miedo nunca se va por completo, pero puedes usarlo a tu favor, permitiéndole advertirte de los peligros posibles, pero sin dejarte llevar por él, confiando siempre en tus habilidades y en las buenas decisiones que has tomado en el pasado y que te han llevado al punto en donde te encuentras ahora y del que puedes seguir creciendo continuamente.

Confía en ti, confía en tus planes, en tu entorno y en lo que te rodea, confía en tu poder espiritual y no dejes que el miedo te impida realizar los planes que tienes por delante. Enfréntate a tus miedos y haz que tu futuro sea cada vez más brillante y exitoso.

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